Erschienen:
s.l.: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, División de Ciencias Sociales y Humanidades, Departamento de Humanidades, 2004-06
Después de tantos años de trabajo no es raro que el ventrílocuo acabara hablando como su muñeco, y el muñeco, como el ventrílocuo. Lo que sí parece un exceso es que el muñeco, sin pizca de piedad, revelara que el ventrílocuo es mudo. tyvlxxii